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La casa azul

Sergio Ismael Gracia-Ruiz

December 2022

Yo crecí en la Ciudad de México en una casa azul. Se sentía como un castillo alto de ladrillo, sus ventanas grandes y otras de vitral. Con un patio y jardín gigante tenía la oportunidad de crear mis propias historias. Desde mi perspectiva se veía como si nunca se acababa.
En mi niñez siempre teníamos perros. Uno de los perros que recuerdo fue Buster un kerry blue terrier. Ese perro era muy fiel y era de mis mejores amigos. Me acuerdo el día que lo conocí, un día después de ir a misa fui al negocio de mi abuelo. Llegando se me acercó mi tío y me dijo que vaya al baño porque ya casi era hora de cerrar. Abrí la puerta y grité, ahí estaba un cachorro bien bonito con cara de como schnauzer su collar rojo y pelaje negro que en el sol se veía azul marino. Tenía a mi casa azul con mi perro azul, era medio obvio cuál era mi color favorito. Llegar a mi casa fue muy emocionante, el cachorro se puso a correr y jugar con los boxer que ya teníamos. No tenía idea, en ese momento, qué tan grande iba ser ese cachorro. Me acuerdo de las historias que hacía, lo montaba como caballo. No sé, a lo mejor estaba jugando a ser vaquero, donde el patio del piso de ladrillo era el desierto y el jardín un oasis que se encontraba al final de la aventura.
El jardín era mi espacio favorito. Mi abuelo desde que llegaron a este terreno usaba el jardín para cultivar comida. Siempre teníamos árboles creciendo frutas y verduras, me acuerdo como mi abuelo sembraba calabaza abajo de la resbaladilla que teníamos ahí. Me recuerdo mucho de unas rosas que estaban creciendo en macetas de barro, tenían las flores tan bonitas y vibrantes de color. Tener un jardín así instaló el amor que tengo por las plantas hasta hoy en día.
En esa casa cumplí años, hacíamos fiestas donde se invitaba a decenas de mis familiares. Aunque se es amplio el patio y jardín, se veía como un espacio chico comparado a la cantidad de gente que éramos. Ahí hacíamos fiestas con entretenimiento como shows de payasos o de los shows infantiles del momento. El que recuerdo muy bien era uno del Hombre Araña, cuando salió su enemigo principal, el Duende Verde, yo casi me muero. Estuve aterrorizado cuando el actor se metió a la audiencia para interactuar. En ese momento me fui corriendo buscando a mi abuela y no la encontré, mientras el duende se estaba acercando. No me podía imaginar el terror que se veía en mi cara que rápidamente me recogió mi tía y me llevó a la cocina sacándome de la situación.
Esa casa azul siempre será mi lugar favorito en todo el mundo. Las memorias que hice en ese lugar siempre vibran en mí. Aunque ya no esté Buster, las rosas o mis familiares, lo que aprendí allí nunca se me va a olvidar.

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