Mi hogar sin espacio
Vianey Sevilla Crespo
December 2022
Una sola recámara, cuatro personas viviendo en un hogar. Cada año había un color nuevo en las paredes de la casa, todos ayudábamos a pintar. Subía y bajaba escaleras, vivíamos en un apartamento con un balcón. Cada tarde nos sentábamos afuera a disfrutar del aire. Mi hermano y yo bajamos a jugar de vez en cuando pero siempre nos regañaban. Siempre estábamos adentro, pero nunca teníamos espacio para nosotros mismos. Siempre le estábamos “dando la mano” a nuestros familiares. Solo nuestro cuarto era nuestro lugar, pero igual ahí se sentía muy apretado. Una cama y una litera con poco espacio para caminar y en la sala un colchón que teníamos que tener cuidado para no despertar a los que dormían ahí. Cada noche se oían los gritos de los vecinos peleando que me mantenían despierta. A veces, cuando nuestros familiares se iban a Tijuana por el fin de semana, yo y mi hermano salíamos en la noche a ver la televisión. De vez en cuando nos regañaban, pero era el único momento que teníamos nuestro espacio sin que nadie nos molestara. Ni en el baño podíamos estar tranquilos porque siempre nos estábamos apurando. Aun recuerdo nuestros domingos que desayunábamos en nuestro comedor pequeño y después nos íbamos al swapmeet. Siempre estábamos en el mismo lugar como familia. Nunca tuve un espacio que pudiera decir que era mío hasta ahora, pero agradezco todo el tiempo que pude convivir con mi familia.